A diferencia de un cliente, un ciudadano no puede elegir si “compra” o no un trámite: tiene que hacerlo. Y justamente por eso, la experiencia debe cuidarse con el doble de atención.
Porque no hay competencia, pero sí hay expectativas.
Porque nadie se despierta con ganas de hacer una plusvalía… pero si logras que el proceso sea fácil, rápido y amable, ya ganaste medio partido. ⚡
Paloma Águila, del Ayuntamiento de Alcobendas, comparte cómo aplicar principios de Customer Experience en el sector público puede transformar la relación con los ciudadanos.
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